Esto de los kayaks me ha dado la fortuna de conocer gente muy valiosa, alegre y vital. Al Abuelo lo encontré un día en el astillero ASIAK y no solamente te llena el alma con vida, sino que te hace reir hasta morir. También tuve la suerte de cruzarme en el delta con uno de los de "Cara Al Viento" que hicieron La Quiaca-Ushuaia el año pasado, y la humildad de estos tipos es asombrosa. Lo mismo de la gente que comparte mis salidas en el Río de la Plata, personajes de aquellos que perdieron la cuenta de las veces que fueron en kayak a Uruguay, San Clemente o Paraná (río arriba). O la alegría contagiosa y espontánea del Tucu...

Eduardo, me llevas una gran ventaja siendo joven hace más tiempo (pero no mucho) que yo. No busques excusas para descartar las travesuras de los traviesos, y todo aquello que permite seguir atesorando en la cuenta "bancaria" de la vida recuerdos felices. Tenés los kayaks de Nitces, el Asiak Touring 518 nuevo, el SDK Aoniken, etc.

Ariel: ya nos encontraremos por nuestro mar, pescando, remando o alcanzando a jugar entre lobos, ballenas o delfines.

Gustavo: me gusta mucho el Aoniken, y todos los otros buenos kayaks también, hay que aprender a condimentarlos.

Un abrazo,

Adalberto