FIESTA DE LA BRÓTOLA
Con el cielo despejado, sol fuerte, temperatura 11 a 14 grados viento de la costa muy fuerte de 30 a 35 km Noroeste con violentas ráfagas de 40-45 km. El mar hasta los 200 metros parecía tranquilo, porque la edificación de la ciudad hacía de reparo. Pero adentro, el horizonte se veía con larga vistas, culebreante: ondulado y movedizo. Mar de fondo, marrón, adentro con ondas altas y corderitos, rompiendo de costado. El agua fría, a 10 grados o menos. No estaba para entrar con kayak.
Dadas estas condiciones las brótolas se podrían haberse acercado. Pero la pesca fue muy pobre. En general, no hubo pescadillas, ni otras especies. Cerca de 750 participantes de 9 a 13 horas, pescaron sólo brótolas para los diez premios medianas a chicas. La más grande 1233 gramos para un geselino, la mas chica 668 gramos. La ola orillera, era tubo de 1.50 muy peligrosa pues rompía doble. Había que lanzar si o sí, atrás de esa ruidosa rompiente.
ROMPIENTE DOBLE Y ENCIMADA
A 150 metros de la orilla se armaban ondas dobles que rompían en tubo, casi juntas multiplicando la fuerza de impacto y su caída. Si vamos a entrar al mar con estas olas encimadas, nunca se nos ocurra levantar el remo, cuando viene el choque de la ola como se suele ver en fotos o filmaciones. Pues el golpe del remo viene con tremenda fuerza contra la cara y puede provocar rotura de tabique nasal. Si vemos que estas rompientes nos pueden a estallar encima, después de haber tomado gran envión con paladas de fuerza verticales, nos inclinamos hacia delante, poniendo el remo a un costado y agarrándolo muy fuerte con ambas manos.
Cuando volvemos también hemos de tomar el mayor envión posible, con paladas de fuerza y no dejar de palear, si vamos al entrar en la rompiente doble. Si nos sacan una foto en el momento en que estamos sobre el lomo de la rompiente, nos tendría que mostrar con la pala bien clavada y haciendo máxima fuerza. Nunca levantemos los brazos y el remo, pues trasladamos el centro de gravedad hacia más arriba y como consecuencia, fácilmente perderemos el equilibrio. Además, al tener los brazos levantados, siempre llegaremos tarde para extendernos lateralmente buscando apoyo lo más lejos posible, para estabilizarnos apoyándonos en la pala plana.