Tarus, asado y amigos! un combo irresistible!
Siempre en busca de nuevos lugares para satisfacer nuestra sed de aventura, y viendo los buenos resultados en la zona, esta vez desembarcamos en Rosario, para luego ir a las islas de la zona, ya en Entre Rios, donde se forman bajos muy interesantes para buscar a las tan queridas Hoplias, que lamentablemente son masacradas en las lagunas Bonaerenses.
La excusa es la pesca, pero no hay nada mas lindo que viajar y compartir un finde con amigos, esta vez fue corto el viaje, pero suficiente como para desenchufarse de la locura cotidiana que nos absorbe en la ciudad.
Nos juntamos a las 4.30 am. en Panamericana y nos rebalsabamos de ansiedad, como siempre! Entre charlas y mates, llegamos al puente de Rosario-Victoria, donde nos encontraríamos con Daniel, taruchero fanático y gran conocedor del lugar.
Luego de una corta navegación, ya estábamos en la primera cueva, Coloso ya estaba revoleando los muñecos antes de bajarse, lo siguió Cristian y Germán, que se cobró la primera del día con una mosca atada por el mismo!
El día se presentaba espantoso, muy frío, nublado con lloviznas esporádicas y con un viento constante de 30km. como mínimo, lo cual era un panorama muy desalentador para esta especie, me refiero a las tarariras, porque a este grupo no le baja la guardia ni un tifón.
Empezó muy difícil, pero de a poco y a partir de la insistencia de los 4 de mover el agua sin parar durante dos horas, fue que empezaron a activarse y cazar nuestras ranas y ratones de goma, con cientos de piques erráticos, pero al insistir constantemente con nuestros señuelos, se enojaban mas, y le dábamos una oportunidad tras otra, para que afinen la puntería, a así fuimos realizando las capturas durante todo el día, y solo paramos para comer un asadazo que nos preparó Dany mientras nosotros nos embarrabamos, y contando anecdotas, nos relajamos un poco, cargando energías para la segunda vuelta.
A la tarde repetimos la performance y luego cambiamos de escenario.
En la nueva cueva, habremos tenido 50 ataques cada uno sin poder clavar ninguna!
y decidimos ir a otra que estaba a cien metros, pero que Dany nos decía que no se pescaba nada ahí, y a pesar de eso, intentamos nuevamente con todo!
Pescamos unas cuantas mas cada uno y de buen tamaño, hasta que, cuando por fin asomó el sol, fue para esconderse en el horizonte, marcando la finalización de la jornada.
Llenos de alegría y con el corazón contento, emprendimos el viaje de regreso, planificando, entre otras salidas, el retorno a esta zona que promete grandes satisfacciones!
Gracias otra vez a PEK por darme la posibilidad de tener tantos y tan buenos amigos pescadores!










