Esta mañana "todo estaba demasiado tranquilo" como en las películas de indios. El viento NO de 10 Km. El cielo azul con algunas nubes de gaza. El mar adentro apenas movido, y adelante una rompiente que tenía l metro en tubo, hasta otras de 60 cm. Sólo habia que saber esperar para pasar la rompiente y adentro. Había llamado a la lista de los compañeros de kayak pero ninguno podía acompañarme. Me mandé solo y me alejé 600 metros de la Buenos Aires, había 6 metros y medio de profundidad. No me alejé más, porque esperaba que el viento rotara al NE y se pusiera intenso, levantando corderitos y grandes ondas. Entré a las 9.00, a las 9.15 ya estaba pescando. Probé con camarón fresco que había sacado de noche con luz y copo, y las rayas picaban de inmediato; con la anchoita fesca picaban las corvinas. Los piques eran aislados. Pesqué 7 corvinas, 1 bagre de mar y varias rayas. 1 corvina de 2 y medio, 3 de 1 kilo aprox. y las demás de menos de 1Kg. A las 11 menos cuarto, se comenzó a levantar viento fuerte del NE. Venían las olitas entrecortas que me hacian corcobear el Eco. Las ondas grandes me obligaban a miralas y copiarlas para no perder el equilibrio. El Eco me daba total seguridad y sabía que la remada de salida iba a ser rápida. Así fue y pero cuando me estaba preparando para bajarme atrás de la segunda rompiente, apareció una santa ola que me obligó a seguirla con el kayak a 45 º y apoyado con la cuchara del remo lo más lejos posible, parecía un surfista experimentado que llegué a la playa a toda velocidad. El mérito es del Eco, porque yo soy medio perro para surfear. En la espera de los piques, ví en el agua verde sobre la superficie preciosos pejerreyes aislados que venían a mirar que hacía. A la salida me encontré con un elefante marino, porque para lobo era demasiado gigante, que estaba descansando y tomando sol en la playa. Había bastante gente pero nadie lo molestaba. Les mando este relato a manera de postal de lo que vamos a disfrutar juntos en la playa este verano hasta principios de otoño. Saludos Basilio.