¿Se acuerdan cuando les regalaron su primer bici?
Para mí fue un gran momento, a sus pies cayo rendida la implacable siesta mendocina, esa Aurorita roja rodado 16 quedo para siempre en mi memoria como un símbolo de libertad. Algo parecido sentí cuando me compre el kayak que es motivo de este posteo, vamos a los detalles.
Llegue a Dinamarca con mi familia por trabajo hace 9 meses, para quedarnos por un año. En Córdoba, donde vivimos, quedo entre otros afectos, mi querido Eco. Y ustedes saben como es, una vez que lo probas… no hay vuelta atrás.
Así fue que aquí continúe mejorando mi técnica de manejo con un solo ojo, el otro (con movimiento independiente) para mirar al costado, ¿minas? No en realidad (aunque las hay muy hermosas aquí en Dinamarca), ¿entonces porque los “llamados de atención “de mi mujer a mi distracción cuando manejo?, porque cada charco, cada río y cada fiordo que pasamos tienen esa atracción magnética insoportable sobre mis globos oculares que intentan capturar esa aureola, esa actividad en el agua que nos hace marcar la cruz en el mapa, esa cruz que significa kayak, caña y felicidad.
El problema es que acá no tenía kayak, y nuevos son carísimos así que me pase estos meses haciéndole guardia diaria a las páginas de artículos de segunda mano, al fin apareció algo, un ocean scrambler pelado, pelado, a algo así como 4000 $ pesos argentinos, minutos eternos hasta concretar la compra, pero finalmente kayak en casa.
Y así fue que con lo imprescindible, chaleco, wader, fondeo y caña de mosca el viernes nos inauguramos, el día estaba perfecto, el mar en la entrada del fiordo tranquilo y casi sin viento, entré al agua tipo 18:00 en busca de la figurita difícil, la trucha marina (Salmo trutta).
En verano acá en Dinamarca la trucha tanto en el mar como en los ríos se busca principalmente en las horas de menos luz, por la latitud, durante junio , julio y agosto no se hace noche cerrada nunca, lo que crea condicionas perfectas para las truchas para acercarse a la orilla a alimentarse y para nosotros para intentar tentarlas.
Muy poca actividad hasta las 22:00 que vi unas caballas saltando fuera del agua pero a unos 200 metros de la costa, no me sentía cómodo metiéndome a esa profundidad llevando waders y estando solo y casi de noche, (lo intentare otro día con traje de neopren ), así me quede cerca de la costa. Ya estaba medio desalentado cuando finalmente tuve el primer pique que no pude clavar (lo raro es que acá nunca se sabe que es, puede ser trucha, salmón, caballa, arenque, bacalao o incluso lenguado), ese pique fue suficiente para que desapareciera el cansancio del brazo.
Luego el mar se plancho y aproveche a poner una mosca que mueve mucha agua y trabaja en superficie, esta mosca la ate hace como dos años y a pesar de ser un bichazo (como la definió un amigo) siempre le tuve mucha fe.
FINALMENTE A ESO DE LAS 23:00, LO VIVÍ EN CAMARA LENTA!!!, BORBOLLÓN ATRAS DE LA MOSCA, TOMADA FIRME, CLAVADA Y FELICIDAD..., UNA HERMOSA TRUCHA ARRIBA DEL KAYAK.
Ya se… ustedes no la ven muy grande , para mí era gigante, como mi alegría ¡!!!!.
Después la vuelta a casa, remando tranquilo, sintiendo el kayak navegar y disfrutando de la libertad recuperada.