A veces al dios Eolo no le entran plegarias, ya van un par de sábados que el viento se torna insoportable, como dijo el pirata Ferpola, abra que sacrificar un asadete, un vacio, unos pollos y otras menudencias en el gran altar (parrilla o disco) y bendecir la comilona con un gran Malbec. Todo sea por la buena pesca. Un abrazo.